Manejo del espíritu – mente y sus efectos en el cuerpo en pacientes con cáncer

Un estudio científico realizado por la Dra. Navas, publicado en la Revista  Venezolana de Oncología, evaluó múltiples reportes científicos que mostraron la relación que existe entre el manejo de la espiritualidad y el cáncer, concluyendo que los pacientes con cáncer que se dedican a fortalecer su espiritualidad, mejoran su función inmune, aumentan su sobrevida, disminuyen los síntomas de su enfermedad, disminuyen los efectos adversos del tratamiento oncológico y mejoran  su calidad de vida.

Existe una variedad de formas en las que se puede abordar la espiritualidad, a pesar que todo este tema es subjetivo, se han demostrado efectos concretos positivos en el organismo a corto y largo plazo.

El Dr. Herbert Benson quien es director del Instituto Mente Cuerpo de la Universidad de Harvard, estudió durante 30 años el poder que ejerce la oración  sobre el cuerpo humano y reporto que esta práctica  produce relajación que contrarresta el estrés y esto promueve la curación de enfermedades.

El Dr Byrd del Hospital General de San Francisco, demostró en un estudio de 10 meses con pacientes cardiacos que la oración externa (intercesión) se relacionó con mayor recuperación y sobrevida en un grupo de pacientes que recibía oración exterior además del tratamiento convencional, a comparación del grupo control que solo recibía tratamiento convencional. El grupo que tuvo oración aún sin que ellos lo supieran, tuvo menor cantidad de complicaciones, menos paros cardiacos y menos muertes, a comparación del grupo que no tuvo oración. Similares resultados han sido mostrados por el Dr Harris en otro estudio más reciente.

El Dr Koenig de la Universidad de Duke, revisó 1,200 estudios acerca de los efectos de la espiritualidad

sobre la salud física y reportó los siguientes resultados: Los pacientes cardiovasculares morían 14 veces más después de una cirugía, cuando no participaban de alguna religión. Los pacientes hospitalizados tenían 3 veces más tiempo de hospitalización cuando no acostumbraban a asistir a un servicio religioso, frente a los pacientes que si asistían regularmente. Los pacientes que nunca fueron a ninguna iglesia tenían el doble de arritmias cardiacas, frente a los pacientes que asistían regularmente a la iglesia.

Existen evidencias científicas que muestran que las prácticas espirituales, favorecen una  mejor función inmune, ya que se asocian a menores niveles de cortisol y menores niveles de marcadores inmunológicos como IL-6. El Dr Davidson reportó en Phychosom Med del 2003, los resultados del estudio que realizó en 25 personas que fueron sometidas a meditación durante 2 meses, éstos mostraron mayor actividad electroencefalográfica en el lóbulo frontal izquierdo, lo que producía mejor función de las células NK y mejor función inmunológica, incluso hasta un mes después de terminado el periodo de meditación.

Toda persona que quiera enfrentar mejor una enfermedad, debería aprender técnicas como la meditación, formar parte de grupos de apoyo espiritual y  enriquecer su relación con Dios a través de la oración.

El paciente con cáncer debería conocer lo perjudicial del estrés y de algunos factores emocionales que contribuyen a empeorar su enfermedad, así como debería tener estrategias para estimular su sistema inmunológico. El manejo de su enfermedad debe ser de forma multidimensional para lograr mejores resultados.

Dra Roxana Cárdenas